EL RECTOR DE LA INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA FUNDES ENVÍA UN EMOTIVO MENSAJE A TODA LA COMUNIDAD FUNDESINA

Fecha de publicación: 2020-04-08
Escucha el mensaje aquí:
Me estoy dirigiendo en vísperas del Jueves Santo a nuestros Valientes Profesores, esforzados estudiantes, abnegados colaboradores administrativos y a las familias de todos ustedes, así como a quien en su buena voluntad quiera acoger este mensaje. En estos momentos tan desafiantes para nuestra cultura y para nuestras vidas. Hemos tenido una interrupción gigantesca en el ritmo de nuestras rutinas y de todo a lo que veníamos acostumbrados, de lo que creíamos que era necesario y hasta indispensable; esto ha causado una pesadísima carga de estrés y fastidio en todos, y no solo ha afectado nuestro corazón, nuestro equilibrio emocional, sino que afecta también nuestra situación laboral, social y financiera. Hablo en nombre de nuestro consejo Fundador y Superior, en nombre del consejo académico, en nombre de nuestro Obispo, Mons. Orlando Roa Barbosa. En primer lugar quiero agradecer nuestros profesores de nuestra institución Universitaria FUNDES, ellos se han esforzado por permanecer en primera línea de batalla desde el principio, afrontando toda suerte de dificultades pedagógicas, metodológicas, didácticas y ciertamente dificultades técnicas al por mayor? en medio de esta crisis han tenido también que desempeñar sus funciones como profesores, ingenieros de sistemas, comunicadores sociales, periodistas, psicólogos consejeros, influencers y hasta electricistas, todo esto dentro de su propio hogar, en medio de sus propias cargas con sus familias, todo en claro apoyo al proyecto personal y profesional de nuestros estudiantes. Estoy seguro de que toda la comunidad educativa se une a mi voz en reconocer el grandísimo esfuerzo que realizan para adaptarse de modo oportuno y provechoso a estas circunstancias de talla mundial y hacerles llegar el aprecio de su labor con cada lección y trabajo que nos acercan más al porvenir en la ?normalidad?. Además, quiero agradecer a todos nuestros estudiantes, ellos que han acogido las indicaciones de los expertos y del gobierno para aceptar este periodo de aislamiento preventivo y ayudar así a proteger a los más vulnerables tanto dentro como fuera de sus hogares, evitando así en muchas familias ese dolor de aquellos que ya han sufrido la pérdida de sus seres queridos. El afrontamiento de esta amenaza a la salud pública lo hacemos todos juntos, enfrentar los desafíos de esta epidemia no es nada grato, la incertidumbre y la espera nos genera ansiedad e impaciencia, pero ciertamente la historia nos ha demostrado que permaneciendo unidos y decididos podremos salir adelante.
Mantenernos en una actitud de COMÚN UNIÓN hará que al revisar nuestra historia (tanto la personal como la institucional) nos podamos sentir orgullosos de cómo hemos podido responder ahora a esta crisis. Y aquellos que vengan después de nosotros dirán que los FUNDESINOS de estos tiempos somos tan audaces como las generaciones de los fundadores quienes con el Obispo fundador a la cabeza tuvieron que sortear tantas otras dificultades (clases a distancia por teléfono?) Podrán mirarnos y decir que la fuerza interior de todos nosotros ahora, la capacidad de lucha y esfuerzo, la resolución tranquila y con buena cara, ciertamente caracterizan nuestro buen espíritu FUNDESINO, ciencia, fe y liderazgo: el orgullo de pertenecer a FUNDES no es por las glorias pasadas, se define también en el hoy de nuestras acciones, ahora precisamente cuando más las necesitamos, precisamente en estos momentos de crisis con la esperanza puesta en el futuro. Estos momentos, cuando vemos las huellas de una comunidad educativa repartida en tantas cabeceras municipales de varios departamentos, en tantas veredas, todos con sus familias construyendo FUNDES desde allí, en la sencillez del hogar, en la dificultad de la conectividad, en la carencia de instrumentos sofisticados, en este mundo nuevo de la virtualidad y la distancia? cada uno de ustedes nuestros estudiantes, unidos en el objetivo común de un porvenir brillante para ustedes y para su familia, la tenacidad y capacidad de organizar su tiempo, de compartir la sinceridad de su ser, de apelar a la recursividad para la participación? Todo eso resulta admirable y ciertamente con el equipo de nuestros colaboradores y administrativos los felicitamos por tantas iniciativas que se replican a lo largo y ancho de nuestra red de esfuerzos académicos para luchar contra la adversidad y sacar adelante este proyecto personal y profesional que estamos construyendo? tenemos ahora este periodo para poner a prueba nuestra común unión como personas decididas a construir y a hacer bien el bien. Este autoaislamiento resulta pesado y difícil, para todos, pero también nos trae la oportunidad para desacelerarnos de nuestros afanes, a veces tan intrascendentes, para hacer un alto en el camino y reflexionar en oración o en meditación, no necesariamente religiosa, pero sí para darle un sentido y significado a nuestro rumbo por la vida, a nuestras expectativas y nuestras prioridades. Quiero invitarlos a contemplar el evangelio sugerido para este jueves santo (Lucas 22:39-46) en donde encontraremos a Jesús verdadero hombre, él sentía la enfermedad, la pérdida, la tristeza y el miedo, tal como nosotros también; él tenía que enfrentar lo que sabía que estaba por llegar: su muerte, y una de las formas de muertes más crueles ideadas por la raza humana en la larga historia de idear tortura y dolor. ¿Qué hizo para prepararse? Fue al huerto de los Olivos en Getsemaní para orar. Cuando Jesús comenzó su ministerio unos tres años y medio antes, había ido al desierto a prepararse y allí se enfrentó al Tentador. La tentación de aquel momento era de la vanidad, la codicia o la sed de poder. Aquí en el huerto de los olivos, Jesús debe enfrentar nuevamente la tentación. Ahora era tentado con el ceder a esas emociones tan humanas de la decepción, del miedo, era una tentación de la desesperación para tirar la toalla, para escapar o dejar todo. así, para no seguir luchando. El evangelista San Lucas nos dice que Jesús estaba tan angustiado que sudaba sangre? En nuestra situación actual, también todos nosotros, profesores, administrativos, estudiantes, familia, todos podríamos sentirnos tentados a desesperarnos. Como seres humanos somos criaturas sociales, necesitamos el contacto humano. Como estudiantes deseamos reunirnos para aprender, como profesores deseamos reunirnos para trabajar, como católicos deseamos reunirnos para orar? queremos COMÚN UNIÓN... con Dios, con los semejantes? esta es la razón por la que históricamente el confinamiento solitario en prisión es y será siempre tan temido. Cuando estamos aislados nuestras emociones y nuestras mentes nos pueden jugar malas pasadas, temiendo lo peor, cercándonos en la oscuridad. Pero no podemos renunciar a la esperanza, ésta es el antídoto contra el miedo, contra el desánimo y la desesperación. ¡Vendrán tiempos mejores! De esta crisis estamos sacando cosas muy buenas, ¡estamos también creciendo! Ya nos encontraremos para compartir todo eso. A Jesús lo consoló aquella noche un ángel que le hizo compañía, nos basta mirar a nuestro alrededor e identificar tantos ángeles que nos están ofreciendo consuelo de diversas maneras; es más, tenemos mucho más que cualquier ángel a nuestro lado, ¡tenemos a Cristo mismo en persona! Cristo nos indica no temer, pase lo que pase él permanece con nosotros, incluso en los momentos más difíciles; y aunque ahora nos hallamos en la penumbra del viernes santo especialmente duro este año, sabemos que ni el huerto de los olivos ni el monte de la cruz son el final. En otro huerto nuestra esperanza será confirmada? Tenemos cosas grandes que esperar. Nos encontraremos de nuevo más fortalecidos y renovados, esa es la promesa de Cristo para nosotros. Así, siendo parte de la comunidad educativa de FUNDES y unidos al esfuerzo de tantos países en el mundo entero, librando estas luchas comunes, tenemos la oportunidad de reconocer la importancia y el alcance de los grandes avances del mundo en torno a la ciencia y la tecnología, para reconocer el valor de la vida y de lo verdaderamente esencial, el apoyo de aquellas personas cercanas a nosotros, el valor de nuestra capacidad de responder al llamado a ser Profesionales integrales para servir en la construcción de nuevo orden social, cultural, político y económico. ¡Saldremos adelante en este Reto!, con la ayuda de Dios podremos salir victoriosos! Y estos resultados los gozaremos todos juntos, la comunidad educativa, cada uno desde sus roles; confiamos en que si bien, aún no ha pasado la prueba más difícil, sin embargo, vendrán tiempos mejores y nos volveremos a encontrar y podremos continuar nuestro camino más fortalecidos en el trayecto de la formación profesional. Con mis mejores deseos y mi bendición.
P. Roberto Guzmán.
Rector.
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